
Imperceptible
como el matiz de mil cosas
acabadas
y amarrado,
con las velas enredadas
va el deseo,
mojado peso,
crujiente vaivén,
olvidando las claves
y las tretas,
contemplando
infinitudes,
barriendo mugre repetida.
El barco se pudre
y sueña el viento
de aventuras lejanas.
¿Dónde habran de morir
los sueños de mares
verdes o celestes?
¿Acaso esos trapos
no son alas
temblando de miedo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario