sábado, 1 de mayo de 2010

CIUDAD


Inmensa y quieta

apoyada en mis hombros

imposible, tremenda

derrama en mis espaldas

las calles de mi vida.

Triste

como amanece el silencio

crece

se apretuja

engorda sus costados y vigila los sueños

que se duermen transpirados.

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